Si para la fiesta del primer cumpleaños de Martí lo dejé todo para el último momento, al organizar la fiesta del segundo cumpleaños no ha sido menos. A pesar de que me prometí a mí misma que esto no me volvería a pasar, ha pasado… Aunque sí que es verdad que esta vez muchas cosas ya las cerré con tiempo, algunas otras se quedaron en el camino, y la piñata de Pocoyo ¡se me olvidó sacarla!
Lo que he tenido preparado desde hace más tiempo ha sido la corona de cumpleaños, de Julis Artesanías, ¡y se la dejó poner! Sólo para soplar las velas, pero algo es algo, ¿no? A pesar de eso, estoy bastante contenta con el resultado, y desde aquí prometo que el año que viene será aún mejor. ¡A superarse año tras año!
Sala de fiestas en Rubí para celebrar el segundo cumpleaños
Una de las cosas que más han gustado a todos los invitados ha sido la sala de fiestas donde hemos hecho la celebración. En Rubí hay varias salas de fiestas, pero Festes Halley es inmejorable. Sólo tiene un año, por lo que está todo bastante nuevo, muy limpio, y los dueños son encantadores. Es totalmente diáfana, con suelo de parquet ideal para los niños que salen del parque de bolas y no se vuelven a poner los zapatos.
Tiene dos baños, y uno de ellos bastante amplio y con cambiador, ¡punto positivo! Hay mesas y sillas, un sofá, televisión con videojuegos, perchero, ordenador con conexión a Internet para poner música a través de sus dos altavoces, aire acondicionado, neveras, congelador… Todo preparado para que no tengas que traer nada de casa, excepto la decoración y la comida.
La piscina de bolas y el tobogán fueron diversión asegurada para los niños, y el futbolín y la mesa de hockey aire para los adultos. Además tienen una cocinita y varios juguetes, por lo que el aburrimiento no tiene cabida.
Si sois de Rubí o cercanías, y tenéis que celebrar una fiesta de cumpleaños, un baby shower (¿mi próximo proyecto?), o cualquier otro evento, no dudéis en ir a Festes Halley porque bien merece la pena.
Tartas personalizadas para cumpleaños infantiles
Nuestro otro gran acierto fue contar con las manos pasteleras de Mireia, de MRey Tartas. Nos hizo una tarta personalizada ¡impresionante! Tanto por lo bonita que era, como por lo rica que estaba.
Era en forma de 2, de trufa, con galletas con el nombre de Martí, gominolas azules a juego con una foto comestible de Pocoyo. No pudo gustar más, y por Instagram me hicisteis un montón de preguntas que intentaré resumir:
- La nuestra era de trufa, pero se puede hacer de cualquier sabor: lemon curd, nata, crema mascarpone, crema de oreo, crema de nata y fresas…
- El precio de una tarta de número es de unos 30€ un número o letra de tamaño folio (A4), si son dos número salen a 25€ cada uno. A parte, el precio de las decoraciones especiales (fotos, dibujos, bombones…). Un número en tamaño A3 (más grande) son 50€ o 40€ si se piden dos números o letras. Mi tarta en particular son 60€.
- Mireia trabaja en Rubí, pero si no tenéis coche para llegar puede llevar la tarta a algún punto cercano si podéis cuadrar horarios o incluso hace envíos si se requiere entrega a domicilio (se paga a parte).
- Puede personalizar absolutamente todo, podéis pedirle lo que queráis.
- También realiza tartas sin lactosa, sin huevo y sin frutos secos. Los alérgicos no tendrás problema 😉
Galletas personalizadas para regalar
Tuvimos también la gran suerte de poder contar con unas galletitas personalizadas de Tina Tartina, y que fueron un éxito total entre sus amiguitos del espacio familiar.
Incluso algunos decían que querían seguir comiendo galletas de Martí, ¡antes que esas típicas de dinosaurio! Sólo con este dato ya os podéis hacer una idea de lo buenas que estaban.
Inmortalizar el segundo cumpleaños con una sesión de fotos infantil
Si algo me gusta, es mirar las fotos de mi bebé y ver cómo ha ido creciendo. Por eso, tener fotos de sus cumpleaños, no tanto de la fiesta, sino de cómo es él en ese momento, me parece precioso. El año pasado ya hicimos una sesión de fotos, aunque la parte de destrozar la tarta fue un poco fracaso…
Este año hemos contado con la mirada de Tania Bollas, con la que comparto mucho más que unas cuantas fotos. Tenemos un pasado común, nos conocimos hace años, y lo que la infertilidad ha unido…
Tengo que deciros que la sesión fue fantástica, y las fotos que han salido son, simplemente, perfectas. Desde el primer momento se ganó a Martí con unos juguetes que tenía por ahí, y con su gran paciencia empezó a sacarle fotos siguiendo su ritmo.
A él no le gusta demasiado mancharse, por eso el año pasado la tarta no quiso ni tocarla. Pero esta vez Tania le dio una cuchara de madera y fue todo mucho más fácil, ¡incluso el momento bañerita! De verdad os digo, que si queréis unas fotos profesionales y llenas de dulzura, Tania es vuestra fotógrafa.