Digo «no operación pañal» porque realmente no lo hemos hecho como una «operación», sino que ha sido de manera totalmente natural y pautado por mi hijo.
Cuando tenía un año y medio, más o menos, empezó a identificar cuando hacía pipí o caca en el pañal. Así que le compré un orinal para que se fuera familiarizando, para que lo viera por casa, y así lo tuviera como un «mueble» más, y no darle mayor importancia llegado el momento.
En ese momento hizo un par de pipís, alguna caca, pero pronto se le pasó y se olvidó del orinal. No considero que fue un fracaso, sino una simple aproximación a su control de esfínteres.
Este verano pasado, a sus dos años y poco, empezó a decir que no quería pañal. Y cada vez que pedía que no le pusiéramos uno, no lo hacíamos. Como íbamos a la playa y a la piscina, llevaba bañador antifugas, o pañales de agua. Lo que favorecía la situación.
Pero realmente no estaba preparado, era su segunda aproximación a dejar el pañal. Hubo algún escape, pero identificaba perfectamente cuándo tenía ganas de pipí o de caca. Yo no quería insistir, el control de esfínteres es totalmente madurativo, y estar todo el día preguntando «¿tienes ganas?», o sentando al niño en el orinal, no es respetuoso ni sigue los ritmos madurativos de los niños.
Así que pasamos el verano a medias, y volvimos a poner el pañal. Sin trauma, sin presión, sin prisas. Además, su hermanita estaba a punto de nacer, e igual que pasó con ir a dormir a su habitación él solo, podría haber una regresión cuando ella naciera. Por lo que obviamente no íbamos a insistir.
Cuándo empezó la operación pañal respetuosa de mi hijo
Pues jamás lo imaginé, pero mi hijo dejó el pañal cuando nació su hermana, a sus dos años y medio. Pocos días después del nacimiento, de repente un día me pidió que no le pusiera el pañal. Y, respetando esa decisión que él había tomado, no se lo puse.
Le preparé su orinal en el comedor, con papel cerca, y le recordé que si tenía pipí o caca me lo dijera o fuera él a hacerlo. Sobre todo intenté no estar todo día preguntando, ni recordando, si la operación pañal era un desastre es porque no estaría preparado todavía.
¡Pero sí lo estaba sí! Excepto algún escape, por exceso de distracción jugando o mirando la tele, cada vez que tenía ganas lo pedía o iba él solo. La llegada de su hermanita no había traído una regresión, sino una maduración.
Incluso me atreví a ir de paseo con él, haciendo pipí antes de salir de casa, y con ropa de recambio por si a caso. Que la utilizamos alguna vez, no os mentiré. Pero es muy, muy importante, no recriminar ni reñir por haber tenido un escape.
Hay que acompañar esos momentos con amor y respeto, y no menospreciar ni decirle que es un bebé. ¡Y mucho menos obligarle a ponerse un pañal!
Cuentos para acompañar a nuestros hijos al dejar el pañal
Os voy a dejar una lista de cuentos para ayudar a dejar el pañal, aunque os seré sincera y os diré que no hemos comprado ninguno. Los tenía anotados para un futuro, por si los necesitábamos, pero finalmente no nos han hecho falta. Pero, como cada niño es un mundo, por si os sirve, aquí la tenéis:
- ¿Puedo mirar tu pañal?
- El orinal de Lulú.
- El libro de los culitos.
- Edu ya no quiere llevar pañales o Marina ya no quiere llevar pañales.
- Voy sola al baño o Voy solo al baño.
- El rey del baño.
- ¿Qué tienes en tu pañal?
- Cada animal con su orinal.
¡Espero que os resulten útiles! Tenéis en cada título el enlace a Amazon, donde podréis ver un resumen de cada uno 😉