Conocí el colecho hace años. Lo que es dormir en la cama de los padres, de toda la vida. Tantos años hace que lo conozco que mi madre ya lo hacía conmigo. Y con mi hermano. De hecho, esto se hacía siempre, hasta con los animales. Cuando las familias vivían en pequeñas casas, la familia entera aprovechaba el calor de los animales (y de ellos mismos) y dormían juntos. Era supervivencia, pura y dura. ¿Y nosotros por qué hacemos colecho en casa? Por lo mismo, supervivencia.
De hecho, en la India los niños duermen con sus padres hasta aproximadamente lo 10 años, y en Japón más o menos hasta los siete. En Europa se colechaba de manera “normal” (entendiendo que hoy en día parece no serlo…) hasta el siglo XIX. Industrialización, casas con más habitaciones, cunas…
Como nosotros hacemos crianza natural (o con apego), creemos que el colecho es la forma más natural de dormir en la crianza de nuestro hijo. Y estamos encantados. En realidad, es algo que teníamos claro antes de que Martí naciera.
Entonces, colechar es malcriar a los bebés, ¿o no?

No lo tengas tanto en brazos, deja que llore, quítale ya el pecho, que duerma en su habitación… ¿No has escuchado nunca ninguna de estas frases? Yo sí. Pero malcriar a un bebé es criarlo mal, eso por empezar. Y criarlo dándole lo que necesita, dista mucho de ser malcriar.
Entre esto, y los mitos alrededor del colecho… Que si el bebé no descansa bien, que si los padres no descansamos bien, que si termina con la vida sexual de la pareja, que si el niño se vuelve dependiente e inseguro, que si es peligroso, que si no se irá nunca a su habitación…
En realidad nada de esto es cierto. Sin embargo, sí que hay que tener cuidado y tomar algunas precauciones para colechar de manera segura:
♥ No colechar si se ha bebido o fumado.
♥ Poner una barrera o cuna de colecho para que el bebé no caiga de la cama.
♥ No taparle con nuestras sábanas para evitar cubrirle la cabeza.
♥ Usar un colchón firme.
♥ No ponerle almohada al bebé.
♥ El bebé debe dormir boca arriba (se puede usar el cojín love nest que nosotros tenemos y va muy bien para evitar la plagiocefalea).
Nosotros ya hicimos colecho en el hospital, con las barreras de mi cama levantadas y mi recién nacido a mi lado, bien cerca de su pecho.
En casa, montamos la cuna pegada a la cama y sin un lateral. En realidad era útil como mesita de noche y ya. Bueno, reconozco que al tener mayor sensación de amplitud se duerme más ancho, pero Martí no ha dormido en la cuna ni una noche. Lo puse una vez y duró cinco minutos… De hecho, la primera noche en casa, lo puse ahí, y a pesar de estar a menos de medio metro de mí… ¡Me parecía que estaba lejísimos! Instinto animal de protección… Así que lo acerqué, me lo pegué, y así desde entonces.
¿Y qué beneficios aporta el colecho?
¡Muchos!
♥ Facilita la lactancia materna por la noche. Así se mantiene la producción y se aseguran los nutrientes al bebé.
♥ No tengo que levantarme a darle el pecho. Casi ni me despierto, a veces no sé cuántas tomas ha hecho porque nos volvemos a dormir enseguida. Y así descanso mucho mejor.
♥ El papá también descansa.
♥ Reduce la muerte súbita.
♥ El bebé llora menos (de hecho Martí no llora por las noches).
♥ Crecen seguros e independientes.
Entre otros… De hecho, se recomienda que el bebé duerma con los padres hasta, por lo menos los tres años según Nils Bergman, y hasta los cinco según Margot Sunderland.
Por lo tanto, yo digo no. Colechar no es malcriar a nuestros bebés, sino todo lo contrario. Y no me lo invento, que lo dice la neurociencia: “reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés y el miedo, a la vez que mejora el ciclo de sueño, haciendo que el umbral de alerta cerebral descienda y que el bebé pueda alcanzar una fase más profunda del sueño,la cual estimula la segregación de la hormona de crecimiento infantil y facilita la eliminación de toxinas a nivel cerebral”.
¿Tú haces colecho con tus hijos? ¿O duermen en sus camas y habitaciones?
Pues si colechar es malcriar, soy una mujer malcriada y mi hijo también lo es. Colechar es ser feliz.
Yo hubiera querido no colechar, pero ante la posibilidad de pasarme años en vela de una habitación a otra, nos dimos al colecho. Con la niña fue genial, a los 2 años se fue a su cama y a los 2 y medio dejó de despertarse y de venir a la nuestra. Con el pequeño ahí seguimos, pero es mucho peor que su hermana para compartir cama. Aún así ¡la cuna ni olerla! Bueno, ahora le gusta escuchar la música del proyector, pero de dormirse ni hablamos.
Yo hice cohecho con mi madre y mi hermana hasta los 20 años, las 3 solitas… Y que felices éramos!!!
Cuando incorpores a tu pequeño a su cama, hazlo de la mejor manera posible. Consigue que esa cama sea un estímulo positivo para él. Juega con los olores y, sobre todo, asegúrate de tener la mejor calidad en cuanto a ropa de su cama.