Cuando estaba embarazada de Martí, pensaba en comprar un cojín de lactancia. Quería uno que además me sirviera para ayudarme a dormir mejor durante el embarazo. Pero al final me compré una almohada normal en Lidl, que la vendían como cojín de lactancia pero por menos de 10€. Y total, por probar…
La usé durante todo el embarazo, me iba genial, y al final no me compré ningún cojín de lactancia para cuando diera el pecho. Y es ahora, cuando Martí ya tiene cinco meses, cuando empiezo a usar uno.

Ojalá hubiera tenido antes un cojín de lactancia
Hasta ahora me he rodeado de cojines, pensaba que así ya estaba cómodo y no me era necesario invertir en nada más. ¡Qué equivocada estaba! Que si este cojín pequeño bajo el brazo, otro en la espalda, otro encima del primero que me queda bajo, otro en los pies del bebé… ¿Os hacéis una imagen mental?
El cojín de lactancia Gia de Dr. Brown’s es de los rígidos, y me va estupendamente. Me ayuda a acercarme al bebé al pecho sin tener que cargar yo con su peso (que ronda ya los 7 kilos y medio…). Por lo que mi espalda se resiente menos y mejora mi postura.
Como Martí ya es más mayor, puedo ponerlo encima del cojín y tener las dos manos libres. Si fuera más pequeño no sé, quizás le ayudaría a sujetar la cabeza. Pero sin duda el peso se lo lleva el cojín y no yo.

Estamos los dos súper a gusto, cogemos una postura que nos vaya bien y nos podemos pasar horas así. Al ser rígido no se deforma, pero es suficientemente mullido como para no notarlo muy duro.
Este cojín de lactancia tiene varias fundas acolchadas a escoger, de distintos colores y dibujos, ¡preciosas todas! Yo elejí una azul celeste. Además, son antibacterianas, resistentes a las manchas ¡y 100% de algodón! Pero claro, eso no quita que no la tenga que lavar, porque entre que regurgita a veces, y que suda… Pues funda y almohada a la lavadora, ¡y punto! Porque repele los líquidos, pero esos olores hay que eliminarlos de vez en cuando. Yo lo lavo con la ropa de Martí, porque al fin y al cabo ahí pone él su cabecita.
¿Qué es lo mejor de este cojín de lactancia?
Podría decir que lo que más me gusta del cojín de lactancia Gia es su forma. Es en ángulo, con un extremo más grueso y el otro extremo más fino. Así el bebé queda con la cabeza más elevada que los pies, inclinado hacia el pecho. De este modo ayuda a su digestión y a reducir el reflujo.

Yo desde luego estoy más que encantada, si llego a saber antes que tener un cojín de lactancia me daría tanta comodidad… Desde luego no es una compra imprescindible o muy necesaria, pero… Si hablamos de artilugios que faciliten la maternidad, sin duda este lo es.
Así que si vais a ser mamás pronto, o ya lo sois y aun le dais el pecho (o el biberón, ojo, que también debe de facilitar las tomas) y no tenéis cojín de lactancia aun, no lo penséis más y haceros con uno. Pedirlo como regalo a la gente que os pregunte, porque os facilitará mucho las cosas, al menos a mí me las ha facilitado.
¿Vosotras habéis tenido cojín de lactancia? ¿Cuál es vuestra experiencia con él? ¿También lo recomendáis?
Pues a mí me pasó como a tí, me compré una almohada en el embarazo y cando nació mi rubio pensé que ya me apañaba a sí y total para una temporada…una temporada de casi 6 años. Anda que si lo llego a saber…
Siempre digo que el cojín de lactancia era un instrumento que me parecía completamente prescindible antes de que naciera mi bichilla y a día de hoy ¡es de lo más amortizado en esta casa! Ayuda con la postura correcta, a no encorvarte ni cansar la espalda, los niños quedan súper cómodos encima de ellos. Yo he tenido 2 modelos, muy diferentes entre sí, y ambos me han salvado la vida durante muchos meses.
Hola, me quieren regalar este cojín de lactancia. He visto buenos comentarios, tan solo la duda de si es muy rígido… porque tengo uno heredado q es tipo piedra y no lo veo nada cómodo.
A ver si me podéis ayudar, gracias!!
Lor
Durante la lactancia, la madre amamanta al recién nacido. Es muy importante contar con un cojín para lactancia que facilite a la madre poder dar de comer a su hijo. Con este cojín podrá acostar al niño o niña sobre su pecho con la cabeza levantada, pudiendo así amamantarlo mejor.