Alguna vez ya os he contado que a nosotros los juguetes de plástico no nos gustan mucho. Porque suelen dirigir el juego, son ruidosos, y dejan poco a la imaginación. Nosotros creemos que cuanto menos haga el juguete, más hará el niño. Además, estamos intentado alejarnos lo máximo posible de los plásticos en general. Nos estamos volviendo un poco ecológicos 🙂 Por supuesto que Martí tiene juguetes de plástico, porque es difícil encontrar tiendas con otra filosofía, por lo menos en nuestro pueblo… Pero nuestro favorito es el cesto de los tesoros, que además va en sintonía con la filosofía Montessori.
Por suerte estas Navidades Papá Noel y los Reyes Magos se han portado bastante bien. ¿Han caído cosas de plástico? Sí, imposible evitarlo. Pero también han traído muchos juguetes de madera. Si no sabéis dónde comprar este tipo de juguetes, os recomiendo pasar por Livingo. Que además tienen muchas otras cosas fabulosas.
¿Cómo hacer un cesto de los tesoros Montessori para un bebé?
Desde que Martí se sienta solo, sobre los siete meses, le he ido haciendo cestos de los tesoros. Se mantiene sentado desde los seis meses aproximadamente, pero al querer dejarle libertad a la hora del juego, y no forzarle a jugar a algo en concreto, la panera dels tresors no se la di hasta que no pudo ser él sólo el que se sentara a jugar con ella.
¿Por qué hasta que no se sentó él solo? Porque puede ir arrastrándose, ¿no? Sí, pero no visualizan el contenido de la cesta de igual manera. Imaginad, no es lo mismo abrir un cajón tumbado delante de éste, que sentado delante y poder ver bien lo que hay dentro y sacarlo cómodamente.
Es importante que el material que añadamos al cesto de los tesoros sea cotidiano, y a poder ser, de materiales naturales.
Nosotros tenemos tres paneras:
- Un cesto de los tesoros de madera, forrado con tela y con juguetes de madera dentro.
- Un cesto de los tesoros de mimbre con conchas recogidas en la playa. Antes las herví para limpiarlas bien y que se las pueda poner en la boca sin problema.
- Un cesto de los tesoros metálico y forrado con tela, que contiene cintas y lazos.
Hay que vigilar que las cestas no tengan cantos que puedan clavarse, ni astillas. Los materiales que pongamos en los cestos irán en función de la edad y curiosidad del niño. A un bebé de nueve meses no le pondré nada puntiagudo ni afilado que pueda clavarse agitándolo o poniéndoselo en la boca. Y las cintas le gustan mucho, así que le puse de varios colores, trenzadas, con nudos, lazos…
Las cestas siempre las tiene a su alcance, una al lado de la otra, encima de la alfombra de juegos. Tampoco es cuestión de abrumarle con demasiadas cosas, así que le iré haciendo algún otro cesto de los tesoros poco a poco, se lo cambiaré por otro, y no se aburrirá de ver siempre lo mismo.
Lo que más le gusta a Martí es que yo recoja las cestas y así él pueda volver a sacar lo que hay dentro, una y otra vez. Y es que el cesto de los tesoros aporta múltiples beneficios al bebé:
- Estimulación sensorial de todos los sentidos: oído, tacto, vista, gusto y olfato.
- Psicomotricidad
- Concentración
- Autonomía
Además de separarlas por materiales, también se pueden separar por colores para que los aprendan de manera fácil y divertida: la verde, la azul, la roja… Y también temáticas: con utensilios de la cocina, del baño, un cesto navideño…
Ahora que Martí gatea como un rayo, va directo a los cajones, y explora lo que hay dentro. Pero el cesto de los tesoros sigue siendo uno de nuestros juegos favoritos.
¿Les habéis hecho vosotras también algún cesto de los tesoros a vuestros bebés? ¡Contadme vuestras ideas!
Fantásticos consejos =) Ahora que por fin ha llegado el pequeño y ya está en casa, toda la información me parece poca ^^ ¿Es normal? Hahaha, supongo que es lo más natural del mundo sentir estas inseguridades pero, por otro lado, me invaden unas enormes ganas de aprender.
¡Muchas gracias por vuestro blog y por todos los tips que nos regaláis!